Conoce los orígenes del cooperativismo, con Coosanluis
El cooperativismo tiene sus raíces en la Revolución Industrial en Europa, específicamente en Rochdale, Inglaterra, en 1844, cuando un grupo de trabajadores textiles creó una sociedad cooperativa para acceder a bienes de consumo básico a precios justos. Este modelo se basó en principios como la autogestión, la democracia y la equidad, marcando un hito en la organización de las comunidades para enfrentar los retos del capitalismo industrial. Posteriormente, el movimiento cooperativo se expandió por Europa y América, destacándose como una alternativa económica solidaria frente a los modelos tradicionales de mercado.
En Colombia, el cooperativismo llegó a principios del siglo XX, influenciado por el auge de las ideas sociales y económicas europeas. Uno de los hitos iniciales fue la fundación de la Sociedad de Socorros Mutuos en Bogotá en 1873, que buscaba apoyar a sus miembros en situaciones de enfermedad o muerte. Posteriormente, con la Ley 134 de 1931, el Estado reconoció y reglamentó las cooperativas, impulsando su crecimiento en sectores como la agricultura, la educación y la industria. Durante el siglo XX, el movimiento cooperativo se consolidó como una herramienta para fortalecer el desarrollo rural y fomentar la inclusión financiera en comunidades vulnerables. Es precisamente en este siglo, más exactamente en 1964 en San Luis, Antioquia, cuando los miembros de la comunidad motivados por el presbítero Román Gómez Gómez, decidieron unirse para crear una cooperativa, a raíz de la necesidad que tenían algunos campesinos de tener material económico disponible para sembrar sus cultivos, dando inicio a Coosanluis.
El cooperativismo ha traído numerosos beneficios a la sociedad colombiana, como por ejemplo, la promoción de la solidaridad y la participación democrática, permitiendo que los miembros de las cooperativas sean propietarios y beneficiarios directos de sus actividades. Además, fortalece las economías locales al generar empleo y brindar acceso a servicios financieros y sociales a comunidades que a menudo quedan excluidas de los sistemas tradicionales. En un país con altos índices de desigualdad, este modelo ha demostrado ser una estrategia eficaz para reducir brechas sociales, mejorar la calidad de vida y construir un tejido social más equitativo y resiliente.
Fuentes:
Centro del Pensamiento Coomeva
Las sociedades de ayuda mutua en Colombia
Alianza Cooperativa Internacional